lunes, 23 de noviembre de 2009

La Plata

Susana Martínez rompe el silencio

Por: Claudia Vásquez Haro

Desde tiempos remotos se dice que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, algunos sostienen que lo es, sin embargo otros, de sectores estrictamente conservadores estarán totalmente en contra. Lo cierto es que una historia de vida rompe el silencio y cuenta la violencia policial y el pago de coimas a la que son sometidas las trabajadoras sexuales.

Conoceremos de cerca a la persona y los entretelones que oculta la prostitución, dejando de lado el prejuicio y las cargas negativas que la sociedad asigna a las
trabajadoras sexuales, para poder adentrarnos es ese mundo donde reina la impunidad, la represión y poder . Este caso en particular no es un caso aislado, seguramente es el de muchas mujeres que no se animan a hablar y que son víctimas de la violencia generaliza del estado y sus instituciones.

Sentada en un sillón del centro de salud AMMAR (asociación de mujeres y meretrices argentinas) ubicada en calle 1 entre 63 y 64 de la ciudad de La Plata nos espera Susana Martínez, nos recibe con una sonrisa amplia, muestra de amabilidad y calidez.

Esta mujer de baja estatura, pero dueña de un coraje tan grande nació en avellaneda hace 47años, tiene 4 hijos y 6 nietos, a quienes dice disfrutar mucho. Hija de un padre tano que trabajo en el puerto de Buenos Aires y huérfana de madre a los 8 años, nos relata que la herramienta que la sacó adelante en los momentos más difíciles que le tocó transitar en su vida, no fue el estudio sino el trabajo y su cuerpo.

Susana empezó a trabajar desde los 17 años en fábricas y en casas de familia. “Cuando vivía con mi padre nunca me faltó nada, tenía que trabajar o estudiar, opté por trabajar porque el estudio nunca me gustó y tampoco nadie me exigió”.
Después cuando tuvo a sus hijos y a su marido en prisión, empezó a sentir que la crísis económica tocaba las puertas de su hogar. “Una vez que me independice no le pedí nada a nadie, preferí ir a vender flores en la esquina de La Valle y Sarmiento con mis hijos, precisábamos comer y a la bebé comprarle pañales, he mangueado dinero y comida en la calle”, relata con vos entrecortada como si en ese mismo instante se retrotrajera en el tiempo.
Recuerda patentemente que fue una vecina quien le contó que trabajaba en un cabaret, y por necesidad empezó a prostituirse ahí. Con voz firme y sin titubear dijo “Tenía que mantener a mi familia, recuerdo que cuando fui a trabajar medio cosa que un tipo me manosee, pero cuando vi la plata que me llevaba me olvidé del manoseo y del tipo, me acordé de la panza de mis hijos. Entonces fui y les compré zapatillas, guardapolvos, les di de comer, hacía tiempo que no comían carne”. Susana dice que cuando uno tiene pibes chicos y si vivís en un barrio pobre no te dan trabajo, te preguntan con quién los vas a dejar y se te complica. La charla empieza a fluir y da pie para entrar en el plano familiar.

¿Tus hijos saben en que trabajas?

Sí, en un comienzo les decía que me iba a trabajar, no que me iba a prostituir, hasta que tuvieran la edad suficiente y lo pudieran entender. Después les conté la verdad, por si me llegara a pasar algo y supieran lo que hacia. Mis hijas no tuvieron problemas lo comprendieron. Al que le costó fue a mi hijo, le chocó que trabaje parada en una esquina, después lo entendió.

¿Cómo hacés para que no repercuta lo laboral en tu ámbito familiar, te ha traído problemas?
Me parece que las personas tenemos que tener en cuenta lo que es la vida, no todo es exacto, no todo es perfecto, hay que saber diferenciar las cosas, yo de la puerta de mi casa para adentro soy el padre y la madre, y afuera soy Miriam, la que trabaja y mantiene su familia. Una vez pasó un amigo de mi hijo por donde trabajaba y me gritó puta, le dije sí soy puta, pero vos vas a comer a mi casa, después lo enfrente con mi hijo. Se pelearon y dejaron de hablarse.


Militancia

“En 1999 éramos 3 locas y 3 putos como publicó un diario platense” - recuerda entre sonrisas- por reclamar que ya no las lleven más detenidas la policía y que no las coimeen. Denunció que las más jóvenes pagaban más, y los mayores menos, cuyas cantidades oscilaban de 150 pesos a 50 por semana.
En el 2001 empieza una crisis, deciden no pagar más las coimas “todos los días sufríamos persecución policial, pasábamos más tiempo en los calabozos que en la calle, .me seguían hasta mi casa”.Después conocieron las chicas de AMMAR. (Buenos Aires) quienes vinieron a La Plata y ahí se enteraron que los policías varones no tenían porque intervenir en el arresto, sino una femenina. “Los policías nos llevaban en autos particulares tipo la época de la dictadura. Yo puteaba les decía ¿por que sos gorra me vas a llevar en cana? .Cansada de tanto maltrato y violencia se pudrió todo” Ese mismo año hizo la denuncia en la fiscalía ala comisaría novena”.

Represión policial

Días después cuenta que la bajaron de un taxi por la cancha de estudiantes. La subieron a un auto particular donde la golpearon y amenazaron de muerte sino se callaba la boca. “Una vigilanta me decía las putas y los putos no pueden organizarse, yo le respondía puta vos, que tienes sexo y no cobras, nosotras lo hacemos pero por lo menos cobramos. Una palabra que me decían y después mi boca era una cloaca respondiendo”. Asegura que no fueron tontos porque después de la agresión la llevaron a la comisaría novena, debido a qué hubo compañeras que vieron cuando la policía la llevó, por eso no pasó a mayores.
“Entré a la comisaría puteando, les decía de esto se va enterar todo el mundo, el país. El que me cobraba la coima estaba sentado en el escritorio de la entraba y me decía, no me vayas a mandar en cana le respondí ¿ustedes a mi me pueden hacer lo que quieren y yo me tengo que quedar callada? ¡No!”. Habló con el comisario, sólo la tuvieron una hora, cuando siempre estaba seis como mínimo.
Luego Susana cumplió lo prometido por un lado hizo la denuncia formal en la fiscalía y por el otro en los medios gráficos, que publicaron el escrache a la comisaría novena.
“No dimensionamos la represión, después tuvimos muchas amenazas, persecuciones y de ahí muchas compañeras dejaron de estar en la organización”.

En el 2002, por el día internacional de la lucha contra el sida se juntaron AMMAR y otra s organizaciones, hicieron prevención para el HIV en Plaza Moreno “cuando terminamos nos llevaron a todos presos. Ya éramos parte de la CTA y los abogados nos sacaron. Ahí empieza el reclamo por los derechos de las trabajadoras sexuales, nos costó mucho llegar a tomar acuerdos con los vecinos para una hora determinada de trabajo”.

¿En la actualidad cómo interviene la policía?

En La Plata la policía dejó de molestar, cuando pasa algo llamó por teléfono al comisario de la dependencia que corresponda para preguntarles qué anda pasado con las compañeras que les piden coimas, etc, nos dicen que van a ver y después las chicas ya no vienen a quejarse. Por ejemplo cuando pasó el tema de los motoqueros que golpeaban a las compañeras Trans (travestis, transexuales y transgéneros), hicimos un escrache a la comisaría, y luego a gobernación, donde le explicamos todo cómo era y les exigimos que tomen cartas en el asunto, justo había entrado la nueva gestión de Scioli, nos dijeron que ellos recién empezaban y que iban a ocuparse del problema.

¿Cómo es la convivencia entre ustedes?

Hay códigos como respetar las esquina de cada una, hay problemas, pero menores como quien se hizo más la cola, quien está más linda, entre otras cosas.. Un día una vecina vino a decirme que a ella no le molestaba lo que hacemos pero que por favor no dejen preservativos tirados en su puerta. Dialogué con todas y lo entendieron.




¿Qué pensas de la prostitución?´

Que es un trabajo, deberían de legalizarlo para poder tener obra social, jubilación y todos los de más derechos que ello implica. Yo vendo placer no mi cuerpo. Mi corazón no lo vendo es mío. De mis hijos. Lo que hago con mi cuerpo lo decido yo y a la persona que va a esta conmigo le pongo las condiciones.


¿Imaginaste en algún momento ser la secretaria general de AMMAR en La Plata?

Jamás, se dio. Sabía sobre la palabra secretaria pero desconocía totalmente las funciones, para mi fue todo nuevo. Empezó por el reclamo de mis derechos y derivó en todo esto, donde descubrí que desde acá se podía hacer muchas cosas por el bien de todas las trabajadoras sexuales.
AMMAR está compuesto por casi mil quinientas personas entre trabajadoras sexuales, Trans y trabajadores sexuales. Hace diez años que ocupo el cargo y hace tres se creó el centro de salud. El proyecto nace a partir de la necesidad de que las trabajadoras sexuales se realicen sus controles ginecológicos ya que en los hospitales públicos sólo realizaban a pacientes con HIV, la medida era totalmente discriminatoria. Otro punto era el horario, la mayoría trabaja turno noche y en los hospitales sólo te atienden por las mañanas y ni pensar en las compañeras Trans, eran doblemente discriminadas.
En un principio querían que funcione dentro de un hospital, o en una facultad, y nosotras dijimos que queríamos un lugar totalmente independiente donde no se nos discrimine, podamos ir vestidas como queramos, vivía peliando con el Ministró de Salud le decía ¿qué piensas que somos trapos de piso.
Luego se dio todo, seleccionamos médicos, los capacitamos, algunos se fueron por cuestiones ideológicas. Una chica vino con muchas expectativas y se fue por nuestro lenguaje y por su religión , para ella era un pecado lo que hacíamos .Otro médico les decía a las chicas por qué se prostituían y no se dedicaban a otros trabajos, las juzgaba. Las chicas me lo contaron. Hable con él, le dije que se dedicara a hacer su trabajo que para eso lo habíamos contratado, no fue nada fácil trabajar con los médicos por que ellos están de la otra vereda, pues mientras ellos se comieron un montón los libros, nosotras nos comimos un montón de hombres. Sentarte y decirle, yo soy una puta y vos un médico, tienes que atenderme por que soy una paciente, cuesta. Hubo gente que se quedó y otros que se fueron. Hoy los profesionales están capacitados, tenemos siempre reuniones de equipo.



¿Cuál es tu mirada respecto a la educación?

La primera educación está en el núcleo familiar, el respeto se aprende y empieza en las casas. Los padres, algunas veces cometemos muchos errores con los hijos. No los comprendemos, por ejemplo cuando están metidos en las drogas no sabemos que hacer, los aislamos, no sabemos a donde recurrir, la situación se nos va de las manos. Hay pibes que son hijos de padres golpeadores, sumado a esto la pobreza y las pocas oportunidades de trabajo, entonces hay que estar con ellos desde el núcleo familiar.



¿Qué rol cumplen los medios de comunicación en tu lucha?


Los medios de comunicación han servido para difundir que existimos, para que las demás trabajadoras sexuales se acerquen y se sientan contenidas. No importa cómo titulen, que digan el centro de salud de las putas y putos, si no que sepan todo lo que hacemos y conozcan todas nuestras necesidades. Acá se atienden los que deseen.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

En Noviembre viajamos a Perú con el trabajo del centro de salud para replicar en otros lugares nuestra experiencia, somos parte de una red que nuclea a países de Latinoamérica y el Caribe. En nuestros planes está llegar a tener el sindicato, para que no secuestren a las compañeras, no vayan más presas y que las muertes no queden impunes.
En lo personal disfrutar cada día a mis 6 nietos, ya que de mis hijos no pude. Una por que llegaba de trabajar cansada a dormir y otra por vergüenza de esa condena social que existe, producto de una ignorancia generalizada, que piensan que eres prostituta también a tus hijos los prostituís.

No hay comentarios:

Publicar un comentario